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Última modificación 2024-08-21T15:07:18-05:00

Consentimiento informado para el proceso de vacunación

Consentimiento informado para el proceso de vacunación

Las vacunas son medicamentos que se obtienen a través de microorganismos y que fueron creadas para intentar evitar enfermedades infectocontagiosas de manera preventiva. Su aplicación, tiene como propósito generar inmunidad activa y duradera contra una enfermedad, estimulando la producción de defensas.

 


El uso de las vacunas se encuentra 100% apoyado por la comunidad científica, ya que gracias a estas, cada vez menos personas padecen enfermedades infecciosas graves.

 


Según la Organización Mundial de la Salud, se estima que han salvado la vida de 1500 millones de personas en la historia de la humanidad y evitan entre dos y tres millones de muertes al año, convirtiéndose, probablemente, en el mayor avance científico, en contra de las enfermedades, que se ha descubierto hasta el momento.

 


Los movimientos antivacunas, un riesgo para la salud pública

 


Durante los últimos años, se han generado debates sobre la administración de las vacunas y ha surgido, un movimiento llamado “antivacunas”, que basa su lucha, en la no necesidad de vacunarse. Este pequeño porcentaje de la población, es bastante peligroso, ya que apoyándose en mentiras y mitos sobre la administración de las vacunas, han logrado que enfermedades que se creían erradicadas, vuelvan a aparecer y a cobrar vidas humanas.

 

 

Es el caso que se presenta con el resurgimiento del sarampión, que tiene en alerta a la Unión Europea, ya que entre 2017 y 2018, hubo más de 61 muertes a causa del sarampión, presentándose la mayoría de estos en Rumania, país en donde además hubo más de 9000 contagios, según la OMS.

 


En la actualidad, el movimiento antivacunas ha tomado más fuerza, al punto de que varios países, están pensando en la posibilidad de que el proceso de vacunación, sea obligatorio, ya que no vacunar a un niño, no solo le puede perjudicar a él, sino a quienes le rodean, ya que se debilita la inmunización de grupo.

 

 

Por ahora, en varios países, incluyendo el nuestro, se adelantan proyectos de ley, por medio de los cuales se regulan las medidas que se deben tomar, respecto a la información que las entidades de salud y los profesionales que prestan servicios médicos, deben proporcionar a los pacientes que vayan a ser vacunados y a sus familiares.

 

 

¿Por qué es peligroso el movimiento antivacunas? 

 

 

Promueve la desconfianza y el rechazo hacia las vacunas, a pesar de la amplia evidencia científica que respalda su eficacia y seguridad. Al difundir información errónea y basada en mitos infundados, estas personas generan dudas en la población y socavan los programas de vacunación.

 

 

Esto pone en riesgo la salud pública, ya que al disminuir las tasas de vacunación, se crea una brecha en la inmunidad de grupo, permitiendo que enfermedades prevenibles resurjan y se propaguen. Además, el movimiento antivacunas puede ser especialmente peligroso para los grupos más vulnerables, como los niños, las personas inmunocomprometidas o aquellos que no pueden recibir ciertas vacunas debido a condiciones médicas.

 

 

Además de contribuir al resurgimiento de enfermedades evitables, el movimiento antivacunas también socava la confianza en la comunidad científica y en las instituciones de salud pública. Esto puede tener un impacto negativo en la toma de decisiones informadas sobre la salud, ya que las personas pueden volverse escépticas ante las recomendaciones médicas legítimas.

 

 

La propagación de información falsa y los mitos infundados sobre las vacunas pueden llevar a que las personas tomen decisiones basadas en temores infundados en lugar de evidencia científica sólida. En última instancia, esto pone en riesgo la salud y el bienestar de la sociedad en general, socavando los esfuerzos para prevenir enfermedades y proteger a la comunidad.

 

 

Consentimiento informado para el procedimiento de vacunación

 


Este procedimiento es un requisito que un ciudadano, que sea progenitor, tutor, padre adoptante, de algún niño que vaya a ser vacunado, tiene derecho a recibir. Consiste en que la persona encargada de administrar la vacuna, debe informar al paciente o las personas responsables de este, sobre todos los riesgos que pueda generar tanto la aplicación de la vacuna, como la no aplicación, posibilitando la aceptación o no aceptación de ese acto médico, en cumplimiento del derecho al consentimiento informado. Lo anterior, debe ir acompañado por unos folletos explicativos, emitidos por la secretaría de salud, donde esté consignada toda la información pertinente.

 


Finalmente, el paciente a vacunar, o quien lo represente, deberá firmar una autorización que entregará al médico encargado, en donde deja claro que recibió información clara y específica respecto a los riesgos y se hace responsable por lo que pueda pasar.