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El examen de espirometría es una evaluación rápida y sin dolor que mide la capacidad pulmonar y la velocidad respiratoria. Se realiza utilizando un dispositivo manual llamado espirómetro, el cual consta de una boquilla y un tubo conectado a una máquina que registra los resultados.
Es especialmente útil para diagnosticar y monitorear enfermedades pulmonares como el asma y la fibrosis quística en niños mayores de 5 años.
¿Cuál es el propósito de un examen de espirometría en la evaluación de la función pulmonar?
El propósito de un examen de espirometría en la evaluación de la función pulmonar es medir la cantidad y el flujo de aire inhalado y exhalado. Se utiliza para diagnosticar y monitorear condiciones como el asma, la EPOC y la fibrosis pulmonar.
Durante la prueba, el paciente exhala con fuerza a través de un espirómetro, que registra datos como el volumen espiratorio forzado en el primer segundo (FEV1) y la capacidad vital forzada (CVF). Esto ayuda a diagnosticar enfermedades respiratorias y ajustar tratamientos.
La espirometría también evalúa la respuesta a la terapia, monitorea el progreso de la enfermedad y ayuda en la planificación de tratamientos personalizados. Además, puede identificar causas de síntomas como falta de aire, tos o sibilancias, y evaluar la función pulmonar previa a la cirugía.
Hay 2 tipos de espirometrías básicas
Espirometría simple
El paciente respira normalmente y luego exhala todo el aire que pueda. Esto mide el volumen de aire inhalado y exhalado, así como el máximo posible.
Espirometría forzada
El paciente inhala profundamente y luego exhala rápidamente y con fuerza hasta que no pueda más. Este método es adecuado para el estudio de las enfermedades pulmonares y mide el flujo de aire expulsado por segundo.
Durante el examen, es importante seguir algunas recomendaciones, como evitar ciertos medicamentos, cafeína, bebidas carbonatadas y humo de tabaco. El paciente debe cooperar durante el procedimiento, usando sujetadores nasales suaves según las indicaciones del médico y preferiblemente estar de pie para evitar afectar la respiración.
Durante la prueba, se pedirá al paciente que inhale profundamente y luego exhale con fuerza durante el mayor tiempo posible. Los resultados se registran en tiempo real, y aunque las máquinas pueden ofrecer interpretaciones, el médico los revisará y explicará su significado. Los resultados se expresan como porcentajes y se consideran anormales si son inferiores al 80% del valor normal ajustado por edad, sexo, altura y peso del paciente.
